Daño Emergente: Precisión Contable para Cuantificar Pérdidas Reales

daño emergente

El daño emergente representa una pérdida patrimonial cierta, directa y cuantificable, derivada de un hecho generador que afecta económicamente a una persona natural o jurídica. Su adecuada valoración es crucial en procesos judiciales, administrativos o arbitrales, donde se busca una reparación integral del perjuicio sufrido.

¿Qué es el daño emergente?

Según el artículo 1613 del Código Civil Colombiano, el daño emergente corresponde a la pérdida efectivamente sufrida. A diferencia del lucro cesante, no se trata de lo que se dejó de ganar, sino de lo que se pagó, perdió o desembolsó, como consecuencia del evento dañoso.

Ejemplos comunes incluyen:

  • Reparaciones urgentes o sustitución de activos.
  • Honorarios legales, periciales o contractuales adicionales.
  • Pérdidas de inventario o materia prima.
  • Costos de oportunidad demostrables.

Metodología de valoración pericial

Desde el enfoque contable y técnico, la cuantificación del daño emergente requiere:

  • Análisis documental riguroso, incluyendo facturas, comprobantes de egreso, estados financieros y reportes contables.
  • Identificación clara del nexo causal entre el daño y los desembolsos realizados.
  • Exclusión de gastos habituales o no atribuibles al hecho generador.
  • Determinación del valor real, no presunto, con evidencia objetiva y verificable.

Requisitos probatorios

Para que un daño emergente sea reconocido, debe cumplir con tres condiciones:

  1. Certeza del daño: debe estar debidamente soportado.
  2. Relación causal directa: entre el hecho y la pérdida.
  3. Necesidad e inevitabilidad del gasto: no debe haberse podido evitar razonablemente.

Importancia en procesos contractuales y litigiosos

La valoración del daño emergente es particularmente relevante en:

  • Litigios por incumplimientos contractuales.
  • Procesos de responsabilidad civil o administrativa.
  • Reclamaciones ante aseguradoras.
  • Arbitrajes en los que se exige compensación por daños directos.

Conclusión

El daño emergente exige una valoración objetiva, sustentada y técnicamente argumentada. Como perito contable, considero que el rigor metodológico y la solidez documental son determinantes para garantizar la credibilidad y utilidad de un informe pericial en escenarios donde está en juego la reparación económica justa de una pérdida real.

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Marco Alzate

Perito
Ingeniero Civil- Universidad Nacional de Colombia
Especialista en Gerencia de Proyectos- Universidad EAFIT
Magister en Administración (MBA) - Universidad EAFIT
Especialista en Contratación Estatal– Universidad Externado de Colombia
Project Management Professional (PMP) ®- Project Management Institute (PMI) – USA